Gaming Ladies: ¿Es tolerable la discriminación por sexos?

Por si a estas alturas de la película aún alguien no se ha enterado, Gaming Ladies es un evento enfocado a las mujeres la industria del videojuego cuya segunda edición estaba programada para celebrarse este mes en Barcelona. Digo estaba porque, tras anunciarse como un evento que no admitía la presencia de hombres, la polémica entre defensores y detractores ha ido escalando hasta que King (empresa organizadora) ha decidido cancelarlo, al menos temporalmente.

Como es costumbre en la red, el nivel del debate ha alcanzado cotas lamentables, tanto por un lado como por el otro. Y para variar, de nuevo, se ha utilizado la falta de educación imperante en la red como una especie de auto justificación para la segregación: que el evento haya sido cancelado por la polémica, justifica la necesidad de tener eventos donde se prohíba la entrada a los hombres.

Para rizar aún más el rizo, algunas de las organizadoras lo defendían alegando la necesidad de un «espacio seguro» para las mujeres donde puedan hablar sin ser acosadas ni atacadas. Idea que muchos Twitter, hombres incluidos, parecen compartir y aplaudir.

Personalmente, me parece perfecto que se organicen eventos donde se ayude a la gente que quiere hacer cosas, sobre todo si está relacionado con el mundo de los videojuegos que tanto me apasiona. Que me prohiban la entrada por mi condición de hombre, me parece poco consecuente con la idea de igualdad, pero tampoco voy a rasgarme las vestiduras por ello. Que me digan que me prohíben la entrada para evitar que acose o ataque a las asistentes, ya me hace menos gracia.

Sería un ejercicio interesante coger todo lo que se ha dicho acerca de los hombres por parte de los defensores de esta iniciativa  y sustituir en cada uno de sus mensajes «los hombres» por cualquier otro colectivo. ¿Se imagina alguien que se defienda públicamente un espacio seguro libre de musulmanes? ¿Que se les recrimine a las mujeres que se quejen porque se les prohíba acudir a un evento porque tienen muchos otros a los que poder ir? La reacción sería fulminante. Y nadie se sorprendería de que los marginados se sintiesen ofendidos por semejante generalización. Los hombres, aparentemente, tenemos que tragar con lo que sea, hasta el punto de que muchos han interiorizado y asumido esta forma de marginación como algo natural.

Como padre, me esfuerzo por educar a mi hija en igualdad lo mejor que puedo. Sería completamente absurdo que le repita a diario que todos somos iguales si luego le quiero llevar a un evento que le interesa y yo me tengo que quedar fuera porque soy hombre. Pero es que además de contraproducente, resultaría humillante tener que decirle que mi género me convierte en un peligro para el resto de asistentes.

Imagino que no faltará quien me llame machirulo o llorón, pero mi opinión en este aspecto es clara: No acepto que se me prejuzgue por ser hombre, y ni todos los cafres del mundo diciendo burradas en la red van a hacer que lo justifique.

Espero que los organizadores recapaciten y la iniciativa salga adelante sin tener que prejuzgar ni excluir a nadie. Con suerte Alba y yo podremos ir juntos cuando tenga algunos años más. De no ser así, espero que igualmente puedan llevar adelante sus iniciativas sin insultos ni amenazas de ningún imbécil, pero entiendan que no lo aplauda ni cuenten con mi apoyo.